La recuperación de las tortugas gigantes de Galápagos es un ejemplo extraordinario de cómo el conocimiento científico puede transformar la conservación. Los programas de crianza en cautiverio, iniciados en 1965, han sido fundamentales para restaurar muchas poblaciones de tortugas. Estas iniciativas protegen a las tortugas jóvenes durante sus primeros cinco años, la etapa más vulnerable de su vida, asegurándoles un entorno seguro frente a depredadores y a la escasez de recursos.
Este regreso del borde de la extinción de las tortugas gigantes no habría sido posible sin el esfuerzo incansable de personas comprometidas que trabajan tras bastidores. En Galápagos Conservancy, nos enorgullece colaborar estrechamente con la Dirección del Parque Nacional Galápagos, entidad responsable del manejo de los centros de reproducción y crianza en cautiverio de tortugas gigantes. Destacamos el valioso trabajo de los guardaparques y de nuestros propios expertos, cuya labor es fundamental para garantizar el cuidado y la recuperación de estas emblemáticas especies.
Walter Chimborazo es una figura cercana y querida en el Centro de Crianza Fausto Llerena, en la isla Santa Cruz. Walter, miembro del equipo de Galápagos Conservancy, trabaja hombro a hombro con los guardaparques para garantizar la seguridad y el bienestar de miles de tortugas juveniles. Su dedicación se refleja en su rutina diaria: cada lunes, miércoles y viernes, prepara y distribuye hojas frescas para alimentar a las tortugas. Los demás días, limpia los corrales y se asegura de que reciban suficiente luz solar, esencial para su crecimiento y salud.
Durante la temporada de anidación, Walter redobla esfuerzos, trabajando los siete días de la semana para monitorear los huevos en incubación y ajustar las temperaturas según sea necesario, garantizando un desarrollo óptimo. Para Walter, ser el «padrino» de miles de estas pequeñas gigantes es profundamente gratificante, especialmente al observar su crecimiento.
Cristian Gil, otro de nuestros expertos, también tiene una historia inspiradora. Criado en las faldas del volcán Sierra Negra, en la isla Isabela, Cristian creció rodeado de la biodiversidad única del archipiélago. Desde joven, fue testigo de la dramática disminución de las tortugas gigantes del volcán, cuya población pasó de ser la más numerosa a la más reducida. Su amor por su tierra lo llevó a estudiar ciencias ambientales y, eventualmente, a unirse al equipo de Galápagos Conservancy.
Cristian desempeña un papel clave en el Centro de Crianza Arnaldo Tupiza, en Isabela. Fundado en 1995, este centro es un refugio crucial para las tortugas amenazadas de la isla. Recientemente, con fondos de Galápagos Conservancy, se han implementado mejoras significativas en el centro, incluyendo corrales optimizados, recintos de reproducción y modernos sistemas de incubación. Estas actualizaciones no solo mejoran la calidad de vida de las tortugas, sino que también permiten al equipo brindarles un cuidado más efectivo y menos invasivo, reafirmando su compromiso con el bienestar de estos emblemáticos reptiles.
El éxito de los centros de crianza de tortugas gigantes, reflejado en la dedicación de Walter en Santa Cruz y el compromiso de Cristian en Isabela, es fruto de una colaboración exitosa con la Dirección del Parque Nacional Galápagos. Con trabajo en equipo, innovación y esfuerzo continuo, aseguramos que esta historia de conservación siga escribiéndose. Es el poder de la unión lo que hace que todo esto sea posible.