Hace 489 años, en un día como hoy, mientras el fraile dominico Tomás de Berlanga navegaba hacia el Virreinato del Perú, su ruta fue desviada por las fuertes corrientes oceánicas, dejándolo sin un rumbo claro. En medio de la incertidumbre, tuvo un encuentro inesperado: las majestuosas islas del archipiélago de Galápagos emergieron del mar, anunciando su presencia al mundo y marcando el comienzo de una saga de descubrimiento y resiliencia.
Para Berlanga, este encuentro fue más que un mero descubrimiento; fue un desafío a la supervivencia, una oportunidad para la humanidad de adaptarse y prosperar en armonía con la naturaleza. Sus relatos pintan un paisaje hostil, donde cada recurso se convertía en una bendición divina en medio de la inmensidad del océano.
Desde entonces, Galápagos ha sido testigo de un viaje fascinante a lo largo de los siglos. Desde los primeros asentamientos humanos hasta los más de treinta mil habitantes que hoy llaman hogar a este archipiélago volcánico, la historia de Galápagos es un testimonio viviente de la resiliencia humana y la conexión innegable con la naturaleza tanto en tierra como en el mar. Cada capítulo de esta historia ha contribuido a forjar el carácter único de este archipiélago, donde la adaptabilidad y la armonía con el entorno son valores fundamentales.
En el corazón de esta celebración late un compromiso eterno: el compromiso de Galápagos Conservancy de conservar este legado para las generaciones venideras. Nuestro trabajo va más allá de la conservación; nos esforzamos por garantizar que Galápagos logre la sostenibilidad, donde la biodiversidad y la comunidad coexistan en armonía.
Galápagos trasciende la noción de un simple destino turístico; representa un símbolo viviente de la asombrosa capacidad de la vida silvestre para adaptarse y prosperar incluso en los entornos más desafiantes. Este archipiélago es un llamado apremiante a la acción, recordándonos nuestra responsabilidad de proteger y conservar este tesoro invaluable para las generaciones venideras.
En este día especial, reflexionemos sobre nuestro pasado, celebremos nuestro presente y reafirmemos nuestro compromiso con el futuro de Galápagos. Agradecemos sinceramente a todos aquellos que hacen posible el cuidado de este legado, en especial a nuestros donantes comprometidos con la conservación de los ecosistemas de Galápagos. Juntos, podemos asegurar que este tesoro natural continúe siendo un faro de esperanza y un ejemplo inspirador de conservación para todo el planeta.