La presencia de aves marinas es un indicador claro de la salud de los océanos y la abundancia de sus especies. El estado de las poblaciones de aves, así como sus migraciones y hábitos alimenticios, juegan un papel determinante en la evaluación de la condición de los ecosistemas marinos y sus cambios a lo largo del tiempo. Por lo tanto, estudiar la dinámica poblacional de estas aves es fundamental para obtener una perspectiva clara sobre cómo los océanos responden a los impactos ambientales y humanos, destacando su importancia para la conservación y manejo de los ecosistemas marinos.
Una de las aves marinas destacadas en el archipiélago de Galápagos es el cormorán no volador (Phalacrocorax harrisi), una especie endémica que se encuentra exclusivamente en las costas de las islas Fernandina e Isabela.
El cormorán no volador debe su nombre a la reducción de tamaño de sus alas, lo que lo hace incapaz de volar. Esta característica es el resultado de la adaptación de la especie a las condiciones de Galápagos, donde la ausencia de depredadores naturales y la lata disponibilidad de alimento permitió a la especie alimerntarse sin tener que volar, pero aprendió a bucear pues se alimenta principalmente de peces de la zona costera, pulpos, calamares y anguilas, y es una especie que se la observa usualmente activa y social, en grandes rocas cercanas a la costa, donde se agrupan y descansan después de buscar alimento en el mar.
La temporada de anidación del P. harrisi suele coincidir con la época más fría del Archipiélago entre julio y octubre, cuando los alimentos marinos son más abundantes. La hembra suele poner tres huevos por cada nidada, aunque sólo un polluelo normalmente sobrevive.
Ambos padres, macho y hembra participan en la tarea de incubar los huevos y continúan compartiendo las responsabilidades de alimentar y proteger a los polluelos. Una vez que los polluelos son más independientes, la hembra se marcha para encontrar a otra pareja, dejándole al macho cumplir el resto del cuidado de los polluelos. Las hembras se pueden reproducir tres veces cada año.
Según el último conteo realizado por la Dirección del Parque Nacional Galápagos en el 2022, existe una población aproximada de 2085 individuos. Sin embargo, según la Lista Roja de la UICN es una especie catalogada como Vulnerable. Entre sus depredadores potenciales se incluyen culebras, lechuzas y gavilanes, así como ratas y gatos introducidos. En el mar puede ser presa de tiburones, pese a esto los expertos aseguran que tienen esperanza de vida media de 13 años, pero algunos individuos pueden vivir más años bajo condiciones favorables y sin la presión de depredadores y otras amenazas.
En Galápagos Conservancy, entendemos la importancia de proteger a las aves marinas, incluido el icónico cormorán no volador de Galápagos. Estudiar la dinámica de población de estas aves proporciona información valiosa sobre cómo los océanos responden a impactos ambientales y humanos, subrayando la importancia de los cormoranes no voladores para la conservación y gestión de los ecosistemas marinos.
A pesar de su pequeña población, los cormoranes no voladores son indicadores clave de la salud del entorno marino de Galápagos. Debido a su rol crucial en el ecosistema, proteger a estas aves únicas es esencial para mantener el equilibrio de sus hábitats costeros en el Archipiélago de Galápagos.