El 10 de marzo de 1535, un hallazgo inesperado marcó la historia de la exploración y la ciencia. Mientras navegaba hacia Perú, el fraile dominico Tomás de Berlanga se desvió de su ruta debido a las impredecibles corrientes del Pacífico. Su travesía lo llevó a un conjunto de islas volcánicas desconocidas hasta ese momento: el archipiélago de Galápagos. Este descubrimiento reveló al mundo un ecosistema extraordinario que, siglos más tarde, inspiraría algunos de los avances más importantes entorno a la evolución.
En sus cartas, Tomas de Berlanga describió un entorno desafiante: suelos áridos, agua escasa y criaturas inusuales. Sin saberlo, había llegado a un santuario natural de increíble diversidad, donde cada especie desempeña un papel fundamental en la dinámica ecológica del archipiélago.
Casi cinco siglos después, Galápagos sigue siendo un símbolo de resiliencia y un recordatorio de la necesidad de conservar los últimos refugios naturales del mundo. La presión del cambio climático, el impacto del turismo y las amenazas a la biodiversidad hacen que la protección de este ecosistema sea más desafiante y crucial que nunca.
Desde Galápagos Conservancy, trabajamos para asegurar que este ecosistema único continúe prosperando. A través de programas de conservación, educación ambiental y el apoyo de entidades comprometidas con la naturaleza, protegemos las especies y hábitats que hacen de Galápagos un lugar excepcional.
En este aniversario del descubrimiento del archipiélago, te invitamos a ser parte de su futuro. Cada acción cuenta: con tu apoyo, podemos contribuir a que estas islas sigan siendo un símbolo de esperanza, ciencia y conservación para las generaciones venideras.
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