Technology Advances Conservation in Galápagos
by Dr. Jorge Carrión
Director of Conservation, Conservando Galápagos
Technological advances in recent decades have been essential for saving endangered species across the globe. Galápagos Conservancy embraces technological innovation to facilitate biodiversity conservation and guard against species trafficking.
One example of the technological innovations that we use are PIT tags (Passive Integrated Transponders), placed subcutaneously in wildlife. PIT tags provide a unique and durable identifier that tracks individual animals through their lifespans, allowing us to measure growth rates, movements and habitat use, and to estimate survival and population size — all critical information for managing endangered species.
Understanding activity patterns and movements of species is particularly useful, and for this purpose we use GPS tracking devices that transmit animal locations via satellite to us in real time. Similarly, Galápagos Conservancy supports the Galápagos Whale Shark Project, which aims to better understand the movements and breeding habits of one of the most magnificent sea animals by tagging individuals with satellite tracking devices to monitor their movements both within and outside the Galápagos Marine Reserve.
Camera traps placed in strategic locations teach us about wildlife behavior patterns and help us estimate population sizes. When an infrared motion sensor detects the presence of an animal, a photo or video is taken automatically. We have hidden over 100 camera traps across Wolf Volcano on Isabela Island that provide priceless knowledge about the interactions of Pink and Yellow Iguanas, the predatory activity of invasive cats and rats, and the nesting habits of the imperiled Pink Iguana.
Importantly, these camera traps have another vital role in detecting and reporting in real time the presence of poachers and hunters so we can immediately deploy park rangers and the police to apprehend them. Without this technology, we would know much less about how to save the remarkable Pink Iguana from extinction.
We have used drones to secure high-resolution imagery and measure habitat quality for tortoises, iguanas, and Waved Albatrosses. And we are currently using remotely sensed data from satellites with support from NASA to measure how the Archipelago is changing and how best to plan out tortoise rewilding programs for the future.
We also frequently employ molecular genetic techniques to determine each individual’s exact species and origin, genetic variability in populations of rare species, and even levels of kinship between individuals. When a group of 185 juvenile Giant Tortoises were intercepted from animal traffickers late last year, genetic analysis was used to determine their island of origin. Now in the Santa Cruz breeding center and with their home origins determined, these young tortoises will have a second chance at life once again in the wild when they are released.
Finally, tiny microgram amounts of scales, teeth, and bone from fishes, sea lions, and tortoises have been sampled to measure their stable isotope composition with an atomic mass spectrometer, thereby enabling us to learn where they were born, what these animals eat, and how their diets have changed over their lifetimes.
All these technological tools are essential for the management and conservation of Galápagos wildlife. We are so fortunate to have these incredible tools at our disposal and share these resources with the Galápagos National Park Directorate and Conservando Galápagos to advance conservation in Galápagos.
Avances tecnológicos en la conservación de Galápagos
Por: Dr. Jorge Carrión
Director de Conservación, Conservando Galápagos
Los avances tecnológicos de las últimas décadas han sido esenciales para salvar especies en peligro de extinción en todo el mundo. Galápagos Conservancy acoge con gusto la innovación tecnológica para facilitar las labores de conservación de la biodiversidad y prevenir el tráfico de especies.
Las etiquetas PIT (Transpondedores Integrados Pasivos) son un ejemplo de innovación tecnológica que la empleamos con frecuencia, estas etiquetas son colocadas subcutáneamente en la vida silvestre y proporcionan un identificador único y duradero que sirve para rastrear a los animales individuales a lo largo de sus vidas. Gracias a esta tecnología es posible medir las tasas de crecimiento, los movimientos y el uso del hábitat, y estimar la supervivencia y el tamaño de la población; toda esta información es esencial para el manejo de especies en peligro de extinción.
Por otro lado, la comprensión de los patrones de actividad y movimientos de las especies es particularmente útil, y para este propósito utilizamos dispositivos de seguimiento GPS que transmiten la ubicación de los animales a través de satélites en tiempo real. Galápagos Conservancy apoya, por ejemplo, el proyecto Tiburón Ballena de Galápagos cuyo objetivo es comprender mejor los movimientos y hábitos de reproducción de estos magníficos animales marinos, se etiquetan individuos con dispositivos de seguimiento satelital para monitorear sus movimientos, tanto dentro como fuera de la Reserva Marina de Galápagos.
También nos valemos de cámaras trampa colocadas en sitios estratégicos, que sirven también para conocer los patrones de comportamiento de la vida silvestre y estimar el tamaño de las poblaciones. Cuando un sensor de movimiento infrarrojo detecta la presencia de un animal, se toma automáticamente una foto o un video. Hemos ocultado más de 100 trampas fotográficas en el Volcán Wolf en la Isla Isabela que nos proporcionan conocimientos invaluables sobre las interacciones de las iguanas rosadas y amarillas, la actividad depredadora de los gatos y ratas invasoras y los hábitos de anidación de la amenazada iguana rosada.
Las cámaras trampa también cumplen un rol vital para detectar y reportar en tiempo real la presencia de cazadores furtivos, esto nos permite desplegar inmediatamente guardaparques y personal de la Policía Nacional para aprehender a los delincuentes. Esta tecnología es indispensable para salvaguardar y evitar la extinción de la notable iguana rosada.
Actualmente, también utilizamos drones para obtener imágenes de alta resolución y evaluar el estado del hábitat de tortugas, iguanas y albatros de Galápagos. También utilizamos los datos captados por satélites con el apoyo de la NASA para observar y evaluar los cambios en los ecosistemas del Archipiélago y planificar las futuras reintroducciones de tortugas.
Frecuentemente, también nos valemos de técnicas moleculares de genética para determinar con exactitud la especie y su origen, además de la variabilidad genética en poblaciones de especies raras, e incluso los niveles de parentesco entre individuos. Por ejemplo, cuando un grupo de 185 tortugas gigantes jóvenes fue interceptado por traficantes de animales el año pasado, se utilizaron análisis genéticos para determinar su isla de origen. Ahora estos quelonios están en el Centro de Crianza de Santa Cruz y dado que conocemos su isla de origen, estas jóvenes tortugas tendrán una segunda oportunidad en la vida silvestre cuando sean liberadas.
Por último, hemos muestreado pequeñas cantidades de escamas, dientes y huesos de peces, lobos marinos y tortugas de Galápagos para medir su composición isotópica estable con un espectrómetro de masa atómico, esto nos permite conocer dónde nacieron, qué comen y cómo ha cambiado su dieta a lo largo de su vida.
Todas estas herramientas tecnológicas son esenciales para la gestión y conservación de la fauna y flora de Galápagos. Nos complace disponer de tecnología moderna y compartirla con la Dirección del Parque Nacional de Galápagos a través de nuestra filial, la fundación Conservando Galápagos, con quienes trabajamos de la mano en la conservación de las islas Galápagos.